Día 15. Jesed de Tiferet

¡Shalom! A todos y bienvenidos a los participantes del proyecto “49 días para rectificar tus Sefirot”

Hoy hemos contado quince días del Omer, que son dos semanas y un día, nos encontramos por lo tanto en el primer día de la tercera semana del Omer donde rectificamos la Sefirá de Jesed de Tiferet.

Esta semana es la de Tiferet, por lo tanto vamos a empezar con una introducción acerca de la Sefirá de Tiferet.

Tiferet significa esplendor, pero no se trata de la belleza, se trata del esplendor que nace después de que nosotros mezclamos o armonizamos diferentes colores o diferentes formas. Cuando juntamos estos colores y formas que a priori son diferentes y los armonizamos de una manera nueva y maravillosa, entonces nace el esplendor, Tiferet.

Tiferet tiene varias acepciones la primera es la de la armonía de dos lados distintos, la armonía entre Jesed y Guevurá que son las Sefirot que tiene a los lados. Tiferet sería como un equilibrio entre las dos, una armonía entre las dos.

Tiferet es también llamada Emet, que significa verdad y también llamada Torá. La Torá está a nivel de Tiferet, pero no en su sentido práctico de aplicación de leyes y preceptos, que eso está en Maljut, sino la Torá en su nivel de idea.

Tiferet representa ese camino verdadero, ese camino del medio. Como dice Maimónides, Rabí Moshé ben Maimón: “El camino de oro es el camino del equilibrio de todas las cosas”. El camino de la armonía de todo, de los lados, que a priori nos parecen distintos, que a priori nos parecen incompatibles, pues viene la verdad, viene la Torá y los hace compatibles.

Un claro ejemplo que siempre me gusta dar es que del lado derecho del mapa está el Oriente lejano donde están todas las teorías y doctrinas de aceptación, de conformismo, para llamarlas de alguna manera. Donde uno no tiene que tener aspiraciones, sino que uno tiene que aprender a vivir, aprender a fluir y otro tipo de conceptos.

Luego tenemos el lado izquierdo del mapa, donde nos podemos ir a el mundo occidental, donde es todo lo contrario, uno tiene que aprender a superarse y a crecer, alcanzar más y más metas y objetivos que se propone. El que más alcanza es el más elevado.

Del otro lado al revés, el que más ha meditado, el que más se ha unido al fluir de la vida y más se ha separado de lo material y no está obsesionado con alcanzar, ese es el más elevado.

No en vano es derecha e izquierda, pues cada uno de estos atributos equivale también a Jesed de Guevurá, en Jesed está la aceptación y en Guevurá está la fuerza que nos lleva al crecimiento.

¿Qué tenemos en el medio? En el medio, si juntamos a todas las tierras, el punto medio es Israel, es por eso que Israel es llamado el ombligo del mundo en el libro de Yejezkel, Ezequiel. ¿Por qué? Porque la Torá viene a equilibrar los conceptos, viene a armonizar los conceptos, no es solo esto y no es solo esto, hay una armonía entre los dos que debemos conocer y debemos revelar. Esa armonía es un esplendor, una verdad superior y esa es la verdadera cara de la Torá.

Es por eso que si escucháis mis clases, no rápidamente vengo a decir de las cosas que son mentira, sino que vengo a revelar cuál es su lado de verdad y qué se puede traer, qué luz hay allí que podemos traer para armonizar y unir a la verdad superior. La verdad armónica Tiferet.

Hoy rectificamos la Sefirá de Jesed de la Sefirá de Tiferet y ya hemos visto en repetidas ocasiones que el Jesed es el dar, la dádiva, ese movimiento hacia afuera, ese movimiento de influencia de dentro hacia afuera. Y hoy aprendemos que hay en el esplendor una gran dádiva, un gran Jesed.

Una persona equilibrada en su carácter y que su carácter es un esplendor, esto es un gran Jesed, una gran bondad, no solo para él mismo, sino para los que conviven con él.

Una persona que todos sus actos son equilibrados, por ejemplo, en su manera de vestir tiene un gran esplendor, no porque está en un extremo de extravagancia y tampoco en un extremo de dejadez, sino que tiene un equilibrio en su manera de vestir que enseña humildad, que enseña también honor, honra, a no ir sucio pero por otro lado a no dar énfasis a algo que no es tan importante en la vida.

Y en ese momento nuestra manera de vestir puede parecer algo trivial, está haciendo Jesed con los demás, está enseñando a los demás, está inspirando a los demás. Estamos hablando de las ropas pero podemos hablar de muchas otras cosas, cómo se ve nuestra casa, cómo se ve nuestro coche.

Jesed de Tiferet nos enseña que la influencia no solo viene de actos que hacemos, la influencia puede venir del esplendor que reflejamos en nuestra vida cuando estamos realmente equilibrados.

En el ejercicio de hoy te invito a que elijas algo en tu vida algo simple, no vayas a buscar cosas complicadas, donde crees que puedes mejorar tu esplendor y cómo este esplendor puede influenciar a otros.

Quizás el orden en tu casa puede influenciar en tu relación de pareja, quizás el cuidarte un poco más, quizás el pintarte, el preocuparte por tu estado físico o por la manera de vestir, sea también una manera de hacer Jesed con los que te rodean, con tus hijos, con tu pareja. Quizás el orden en tu lugar de trabajo sea hacer Jesed con los que se encuentran allí, para que disfruten de ver un lugar ordenado, para que se inspiren de ti y hagan lo mismo.

Y estos han sido solo unos ejemplos, puedes elegir cualquier área en la vida y equilibrarla, darle esplendor y tener claro a quién le estarás haciendo Jesed porque el esplendor trae Jesed de la Guevurá.

Pasemos entonces al Salmo 67 hoy tenemos la palabra: “Amim” que significa pueblos. La palabra Amim es el plural de la palabra Am. La palabra Am, que significa pueblo o nación, si te fijas, es la misma palabra pero puntuada diferente de la palabra “Im” que significa con.

Cuando algo está con algo significa que está unido, están todos en una unión. Una nación es un grupo de personas que están unidos, hay algo que les une. Esta unión es una unión armónica, parecida a esa unión de la cual hemos hablado que se da en Tiferet, donde hay una armonía de las diferentes Sefirot hasta que hay un esplendor, un Tiferet.

Y en el Rezo del Ana Bejoaj, empezamos con el tercer verso con la palabra: “Na” por favor, ese por favor nos invita de nuevo a activar el Jesed en nuestras vidas. Pedimos por favor cuando pedimos por Jesed. Así pues, sea la voluntad de Dios que al igual que nosotros nos equilibramos en nuestro Tiferet para hacer Jesed con los demás, recibamos todos nosotros Jesed de lo alto “Na Guibor”.

Y con esto terminamos hoy, nos encontramos mañana con otra rectificación dentro de la Sefirá de Tiferet.

Un saludo ¡Shalom!