Día 38. Tiferet de Yesod

¡Shalom a todos! Bienvenidos a una reflexión más en estos “49 días para rectificar tus Sefirot”

Hoy contamos treinta y ocho días del Omer, son ya cinco semanas y tres días, por lo tanto, nos encontramos en la Sefirá de Tiferet, que es la tercera, de Yesod, que es la sexta de las Sefirot. Y ya hemos estado hablando que la Sefirá de Yesod, entre sus muchos aspectos, quizás el principal de ellos es la conexión. Yesod se llama Koaj Hahikashrut, fuerza y poder de conexión. Y lo que tenemos que preguntarnos es: ¿Qué es aquello que nos lleva a estar realmente conectados con algo?

Si ves el árbol de las Sefirot, la Sefirá que influencia a la Sefirá de Yesod, que está por encima de ella, es la Sefirá de Tiferet, que tiene una gran influencia sobre Yesod. Ya estuvimos diciendo que uno de los aspectos de Tiferet es el Emet, la verdad. Los Sabios de la Cabalá nos explican que, si bien la verdad no es un aspecto de Yesod pero sí es el atributo interno, la fuerza interna que activa los aspectos de Yesod, es decir, que la influencia de Tiferet, en su aspecto de verdad, de alguna manera, se transforma en el motor interno, en el impulso interno que despierta al Yesod. Es decir, la conexión Yesod se despierta por la verdad, por el Tiferet. El hecho de que yo sepa que algo es cierto, que es verdadero, me despierta a conectar con ello. Así pues, en Tiferet de Yesod me toca meditar en cuáles son esas verdades en la vida a las cuales quiero dedicarle mi enfoque, mi conexión.

Hoy vivimos persiguiendo algo que no sabemos bien qué es. Vivimos esparcidos sin estar enfocados, sin estar conectados en las cosas, que nosotros mismos sabemos que son las cosas importantes en la vida. De repente pasa el tiempo y decimos “me arrepiento de no haberle dedicado más tiempo a esto, me arrepiento de haber olvidado esto”, en otras palabras, me arrepiento de no haber estado conectado a esto, que yo sé que es la verdad. Cuando hablo de verdad, no solo de una verdad dogmática o de una verdad religiosa o de fe.

A veces sé que la entrega por la familia es verdad, pero estoy muy ocupado con el trabajo y aunque creo que debería ocuparme más de la familia que del trabajo, por algún motivo, que yo no sé entender, estoy dedicándome ya por diez años, más al trabajo que a la familia. Quizás crea que la espiritualidad, es la verdad para mi vida, es lo más verdadero, según lo que yo creo, pero por algún motivo le estoy dedicando al éxito material mucho más que al éxito espiritual y no sé por qué exactamente se están dando las cosas así. Lo único que sé es que no estoy teniendo una conexión con esas verdades en las que creo. Hoy es un día óptimo para volver a poner en primer lugar aquellas cosas que son nuestras verdades más grandes con las cuales queremos conectar.

Empezando por las verdades Divinas, después por las verdades morales y después por las verdades personales. Las verdades Divinas son las cosas que creo, mi fe, que quizás esté dejando de lado, que quizás no esté conectando con ella todo lo necesario. Las verdades morales, son aquellas que sé que son verdades como la familia, el respeto a ciertas cosas y luego están las verdades personales, aquellas que creo que son verdad para mí, en concreto, no hace falta que sea una verdad universal, pero yo sé que es lo correcto para mí hacerlo.

Hoy es el momento de dar equilibrio, que también es Tiferet y dar prioridades correctas a las verdades en la vida. En estas tres áreas que te acabo de decir la divina, la espiritual, la moral y la personal, vuelve a hacer una lista, de diez verdades que son aquellas a las cuales quieres entregarte más en la vida. Eso hará que lo subas a tu consciencia y eso hace algo, es cierto, que no por escribirlas en un lugar, a partir de ahora vas a estar todos los días viviendo por ellas, pero vas a subir a tu consciencia, vas a hacer un repaso, vas a hacer una reflexión y eso te va a permitir empezar, sobre todo, en un día como éste a activar la Sefirá de Tiferet de Yesod y hacer que tus conexiones sean mucho más verdaderas.

El Salmo 67 nos dice en el sexto verso ” “Erets Natna Yebulah”, es decir la tierra dará su fruto. Hoy nos encontramos con la palabra:”Natna”, que significa “dio” y es que realmente si queremos que nuestra tierra personal dé de sí misma, necesitamos conectar con las verdades supremas en nuestra vida. Por eso es por lo que pondremos en la palabra “Natna”, porque también nosotros queremos dar y darnos a nosotros mismos por esas verdades.

Y en el Ana Bejoaj encontramos la palabra: “Leameja”, a tu pueblo “Yajid Gueé”, Único y Excelso. “Leameja Pene” a tu pueblo dirígete o a tu pueblo atiende, en otras palabras, en el Rezo del Ana Bejoaj, le estamos diciendo a Dios, tú que eres Único, que eres Excelso, pero has decidido que hay algo que es para ti verdadero, importante, que es tu pueblo y tú lo atiendes “Leameja”, ahora nosotros también, igual que tú atiendes lo que consideras verdad, lo que consideras verdadero, queremos también nosotros hacer lo mismo.

Y con esto terminamos la reflexión de hoy, nos encontramos mañana, ¡Shalom!